Leishmaniosis canina: la enfermedad del mosquito

Dicen que el perro es el mejor amigo del hombre, por eso no es de extrañar que nuestra mascota preferida se convierta en un miembro más de la casa con el que convivimos y pasamos momentos para el recuerdo. Pero como todos los seres vivos, los perros también están sujetos a sufrir enfermedades de todo tipo que, en ocasiones, llegan a acarrear consecuencias nefastas para el animal y sus amos. Este es el caso de la Leishmaniosis, una infección muy grave que afecta a un gran porcentaje de perros que de no recibir el tratamiento adecuado a tiempo puede llevarle incluso hasta la muerte.

Desde Piensos Plus queremos informar a nuestros lectores acerca de esta horrible enfermedad, cómo prevenirla y evitar que nuestro mejor amigo caiga enfermo.  Esta semana, la temida Leishmaniosis.

Leishmaniosis canina: la enfermedad del mosquito
Leishmaniosis canina: la enfermedad del mosquito

¿Cómo se transmite la Leishmaniosis?

La enfermedad se produce debido a un parásito unicelular del género Leishmania y se transmite a través de las picaduras de un mosquito llamado flebótomo. Las hembras son las causantes de la enfermedad, ya que al necesitar sangre para la maduración de sus huevos pican al perro succionando su sangre y dejando el parásito en su interior. Es entonces cuando éste se transforma, dejando el estómago del mosquito lleno de parásitos listos para volver a infectar en el momento que la misma hembra pique a su próxima víctima.

Síntomas de la enfermedad

Existen dos tipos de Leishmaniosis que suelen ser las más comunes a la hora de afectar a un perro: la cutánea, con afectación prioritaria de la piel; y la visceral, donde determinadas vísceras suelen verse afectadas, habitualmente hígado y riñones.

En el caso de la Leishmaniosis cutánea el animal presenta zonas sin pelo, especialmente alrededor de los ojos, orejas y nariz; úlceras en la piel, habitualmente en las patas y en las zonas que están en contacto con el suelo cuando el perro se sienta o se tumba; crecimiento desproporcionado de las uñas; formación de nódulos
y el pelaje deslucido y quebradizo.

La Leishmaniosis visceral se muestra con pérdida de peso del animal; apatía; abdomen hinchado por el aumento del hígado o alteraciones en el riñón.

¿Cómo luchar contra la Leishmaniosis?

El poder detectar la Leishmaniosis a tiempo es una de las claves para poder dar a nuestro perro una calidad de vida razonable y evitar un suceso trágico en el futuro. Si bien es cierto que, en la actualidad, la Leishmaniosis no tiene curación, existen multitud de tratamientos concretos para paliar los síntomas aunque nunca deberemos olvidar que el animal dependerá toda su vida de dicha medicación con el riesgo de padecer futuras recaídas.

¿Cómo prevenirla?

Métodos como la vacunación son uno de los sistemas más efectivos de evitar el contagio en nuestra mascota, pero también hay otros métodos que pueden sernos de mucha ayuda. En la actualidad, existen en el mercado multitud de collares antiparasitarios que en principio son capaces de repeler al mosquito, como scalibor o seresta.

También es clave saber que existe una época y una zona especialmente peligrosa. Esta zona es la cuenca mediterránea, donde habita el mosquito responsable. Dado que el principal factor de contagio es el mosquito, los meses en los que comienza a hacer calor son los propicios para la propagación de la enfermedad. Es clave que nuestro perro esté protegido en esta época: no dejarle dormir fuera, así como utilizar todo tipo de repelentes es de ayuda en la prevención de este mal.

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